Hace una semana que se han notado las bajadas de temperaturas y con ellas, han aumentado los resfriados y malestares de todo tipo. A mi alrededor es habitual escuchar a alguna amiga decir que está enferma, o que lleva más de una semana arrastrando un resfriado o simplemente puede ser que nos notemos más cansados de lo habitual. Desgraciadamente, la bajada de las defensas va de la mano de la bajada de temperaturas. Además, esta mañana han anunciado que viene una ola de frío (que yo pensaba que ya estábamos en ella) y que este fin de semana parece que el mejor plan será quedarse en casa bien tapadito.

Escucho muy a menudo qué clase de medicamentos van bien para los resfriados, pero no tanto el qué hacer para prevenirlos de una forma natural. Ya sabéis que yo soy muy anti-medicamentos, los tengo para casos de extrema necesidad e intento prevenir o curar los resfriados de otras maneras posibles. Normalmente, en esta época del año las defensas sufren mucho y necesitan más atención por nuestra parte. El cuerpo tiene que protegerse de todos los agentes externos que proliferan en estas fechas y por eso esta semana te traigo este artículo, tan necesario y útil a la vez. De nada 😉

¿Qué factores afectan a tus defensas?

Para nuestra suerte o desgracia, hay muchos factores que pueden aumentar o reducir nuestras defensas y no están relacionados con las vitaminas. Estos son los más importantes:

  1. Descanso: es bastante obvio, pero solemos olvidarlo. Dormir poco o mal es una causa clave de la bajada de defensas. Por eso, en estas fechas suele darnos sueño antes al hacerse de noche tan pronto.
  2. Actividad física: parece contradictorio, pero el deporte aumenta las defensas. No es necesario correr una maratón, pero sí evitar la vida sedentaria y movernos un poco todos los días. Si además combinas estas actividades con estar al aire libre (preferentemente al sol) mejorarás tus niveles de vitamina D y te cargarás de energía.
  3. Estrés: el mayor enemigo de nuestras defensas (y de nuestra salud en general). He leído en muchos artículos “elimina el estrés” y he pensado “¿Estaríamos estresados si pudiéramos eliminarlo tan fácilmente?”. Así que solo quiero que seas consciente de que afecta y que si puedes tomar decisiones que harán tu vida un poco más relajada…¡adelante! También es importante tener una actitud positiva ante las diversas situaciones, ya que está demostrado que los pensamientos positivos influyen en nuestra salud.
  4. Hidratación: parece que solo es en verano cuando hay que beber mucha agua porque perdemos líquidos… ¡pues no! Es importante hidratarse porque el agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo. Además, mantiene las mucosas húmedas y previene que los gérmenes se adhieran a las paredes de la nariz y los pulmones.
  5. Alimentación: el último punto y uno de los más importantes es la alimentación. Cuando llega el tiempo de invierno, solemos empezar a comer mejor al volver a la rutina, pero a veces las vitaminas no son suficientes para contrarrestar el frío, la humedad y los cambios de temperatura. A continuación tienes una lista de alimentos que serán los aliados de tu sistema inmune.

Alimentos que ayudan a tus defensas

Bien, vamos con la segunda parte: la alimentación. Por mucho que nos fastidie, la alimentación afecta a toooooodos los aspectos de nuestra vida, para bien o para mal. De hecho, me frustra muchísimo ir al médico con cualquier dolencia y que no me haga ningún tipo de recomendación nutricional. Aunque es cierto que en ciertas épocas del año un suplemento vitamínico puede ser recomendable, es importante que los alimentos de tu dieta diaria te ayuden a mejorar el sistema inmunológico.

Aquí van los principales:

  • Vitamina C: ¡qué sorpresa! Sí, sé que ya sabes que la vitamina C es buena para el resfriado y que el zumo de naranja de por la mañana te salvará de todo… Y es cierto que solo con un zumo de naranja (natural, of course) tienes la cantidad diaria recomendada de esta vitamina (65-90mg). Pero no te quedes ahí, los kiwis tienen mucha más vitamina C que la naranja y las coles (brócoli, kale o coliflor) son ricas en ácido ascórbico.
  • Carotenos: Son excelentes antioxidantes que favorecen la recuperación post ejercicio físico o la reparación de los tejidos. Están presentes en zanahorias y calabazas (en general en vegetales rojos, naranjas o amarillos) pero también en la col kale o en las espinacas.
  • Flavonoides: son pigmentos naturales de los vegetales que protegen al organismo del año producido por agentes oxidantes como la polución o las sustancias químicas. Los encontramos en coles de bruselas, espinacas, ajo, pimientos y también en la granada, que es excelente para ensaladas o combinada con granola y yogur.
  • Zinc: este mineral favorece el desarrollo de proteínas y tienen la capacidad de metabolizar alimentos y nutrientes. Al lograr la activación de 100 enzimas diferentes, es un elemento clave en la protección del sistema inmunológico. ¿Sabes lo mejor? Lo encuentras en el chocolate negro. También en las pipas de calabaza, las semillas de sésamo o el tahini.
  • Probióticos: si tu flora intestinal está desequilibrada, afectará a tu sistema inmune. Alimentos como el chucrut, kimchi o el kéfir de agua te pueden ayudar. También hay mezclas naturales de probióticos en herbolarios, perfectos para cuando no tenemos mucho tiempo.

Cuidado con el alcohol

Sí, sé que soy lo peor y que ahora mismo no querrás seguir leyendo. En estas fechas en las que vienen cenas de empresa, de amigos, de familia y el alcohol está presente en todas ellas, te voy a contar algo que deberías saber. Porque yo sinceramente no sabía la relación directa que había entre el consumo de alcohol y las defensas, aunque intuía que muy bueno no podía ser…

El alcohol altera dos tipos de células del sistema defensivo: las células T y B, que son responsables de la memoria inmunitaria. Además, es capaz de bloquear algunas células inflamatorias, reduciendo la capacidad que tiene nuestro cuerpo de hacer frente a las infecciones. Con esto solo quiero decir que si estás resfriado, igual necesitas un break de bebidas alcohólicas para que tu cuerpo se recupere más rápidamente.

Infusiones y especias para el frío

Es llegar el invierno y empiezo a darle un uso desenfrenado a mi hervidor de agua. Me apetece estar bebiendo algo calentito cada dos por tres, aunque descarto tomarme solo tés o cafés porque me alteran demasiado. Y es que el mundo de las hierbas y las especias es muy amplio, ofreciendo gran cantidad de posibilidades.

Hay una serie de especias y hierbas que tienen un efecto termogénico (termo-qué) dentro del cuerpo, es decir, que suben la temperatura interna, estimulan la circulación sanguínea y aceleran el metabolismo. Tranquilo, no todas son picantes. Puedes consumirlas en infusión y/o en tus platos:

  • Cúrcuma: se la puedes echar a cualquier crema de verduras o guiso que hagas. Como si fuese sal, vamos. También se puede consumir en infusión, yo la he probado un par de veces… en fin, te tiene que gustar.
  • Pimienta de Cayena: con moderación, puedes añadirla a platos cocinados y asegurarte de que se mezcla bien el sabor.
  • Canela: en infusión o añadida a tus gachas mañaneras, al yogur o espolvoreada por encima de la fruta (con la naranja es espectacular). En infusión necesitarás 3 cortezas de canela para una taza de agua, dejándola reposar durante 2-3 minutos. Con un poquito de leche de soja o avena está deliciosa.
  • Jengibre: una de las infusiones más maravillosas, naturales y beneficiosas es la de raíz de jengibre y limón, con un chorrito de miel. Lo cura todo.

Te propongo un reto: no esperes a estar enfermo para ir a la farmacia a cargarte de Aspirinas y Frenadoles. Y aunque lo hagas, no obvies todo lo anterior. Cuidarse es importante todo el año, pero es en estas épocas cuando nos pasa factura el habernos descuidado en los meses anteriores.

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