Hoy he impartido un curso y cuando hemos abordado la parte de mindfulness, un participante me ha comentado que meditar le resultaba frustrante porque “estaba perdiendo el tiempo”. No le veía el sentido a sentarse a respirar, o concentrarse en el momento presente “sí, vale, una vez que ya me he dado cuenta de los sonidos o he saboreado una comida, ¿para qué tengo que seguir haciendo eso? Prefiero pensar en lo que voy a hacer después para ser más productivo” me ha dicho.
LO QUE NO ES MEDITAR
Resumen de contenidos
Hay muchas personas que piensan que meditar es algo:
- Esotérico
- Poco científico
- Una pérdida de tiempo
- Un sinsentido
- Lo mismo que dormir
- Etc.
¿TE HACE FALTA MEDITAR?
Es complicado entender el propósito de la meditación cuando alguien te lo explica. Es complicado que si piensas que tienes muchas cosas que hacer, quieras dedicar unos minutos a “no hacer nada”. Así que aquí tienes una lista de casos en los que no te haría falta meditar:
- No tienes ningún tipo de estrés
- Te concentras bien cuando estás realizando una tarea
- Eres capaz de disfrutar del momento presente sin agobiarte por el futuro o amargarte por el pasado
- Tu vida es como el anuncio de BMW: cuando comes, come; cuando corras, corre; etc.
- Tienes total control de tus emociones, independientemente de lo que pase a tu alrededor
Si has respondido que sí a todas estas afirmaciones, entonces realmente no te hace falta meditar: probablemente ya lo hagas sin darte cuenta.
Pero si no es así… igual deberías seguir leyendo.
LO QUE SÍ ES MEDITAR
Llámalo meditar, mindfulness o como quieras, al final el objetivo es el mismo: sufrir menos por cosas innecesarias, disfrutar más de la vida. ¿Acaso esto suena tan mal?
Según estudios científicos, se estima que tenemos unos 60.000 pensamientos diarios y la mayoría son negativos, repetitivos y del pasado. Imagínate el esfuerzo que hace tu mente cada día, no para ni un solo instante, hasta cuando duermes está trabajando. Todos tenemos claro que al cuerpo hay que darle descanso, incluso los mejores atletas deben descansar para mejorar su rendimiento. ¿No debería ser igual con la mente?
Cuando meditas no pones la mente en blanco (ya te gustaría, ya) ni debes intentar no pensar en nada (entonces vas a pensar más). Lo que haces es básicamente observar lo que está pasando en tu mente como si fueras ajeno a ella, concentrarte en algo que te ate al presente y bajarle las revoluciones a esa máquina que es tu cabecita.
Hay mil técnicas para conseguir esto y cada persona debe encontrar las que mejor le funcionan. El objetivo de esto es poder mantenerte centrado incluso cuando las cosas van mal… especialmente cuando las cosas van mal.
¿PARA QUÉ MEDITAR?
Si te digo que dedicando unos minutos al día a “no hacer nada” puedes bajar tu estrés, mejorar tus emociones y sentir una mayor calma, ¿considerarías eso una pérdida de tiempo?
Meditar nos sirve a todos. Si piensas que tú no lo necesitas o si te estresa el estar sentado sin hacer nada, entonces tú lo necesitas realmente. Necesitas parar, necesitas centrarte y necesitas darle un break a tu mente. Y no por ello vas a ser menos productivo, al contrario. Cuando tu mente está serena, cuando ordenas tus pensamientos, es cuando más productivo y eficiente eres.
Te diré más…
Muchos CEOs de empresas importantes han empezado a meditar para mejorar su resiliencia, creatividad, productividad y estrés. Si todavía piensas que esto no es científico aquí te dejo algunos artículos en los que se ha demostrado que meditar es beneficioso en muchos aspectos:
Short-term meditation training improves attention and self-regulation
The benefits of meditation: experimental findings