¿Qué tendrá el yoga que engancha tanto y cada día más? El año pasado me pasé dos semanitas en agosto haciendo la formación de Hatha Yoga de 200h y este año me he decantado por algo bastante más cañero: el Ashtanga (progresivo, eso sí). Después de un año practicando este estilo, me parecía una muy buena herramienta para mi trabajo al ser tan técnico y estructurado.

¿Qué es el Ashtanga?

El Ashtanga es un estilo que pertenece al sistema de Hatha Yoga, si bien tiene unas cuantas particularidades. El fundador del estilo conocido como “Mysore” fue Sri K. Pattabhi Jois, aunque no es el inventor del mismo puesto que se transmitía de maestros a discípulos durante una larga época.

Estas son las características principales del Ashtanga:

  • Tiene tres series. Se empieza por la primera y no se debe pasar a la segunda hasta que se domine por completo cada postura de la primera serie.
  • Cada postura se mantiene unas cinco respiraciones, siendo un estilo bastante dinámico en el que se incluyen también muchas vinnyasas.
  • En las clases tradicionales, el alumno practica a su propio ritmo y el profesor solamente corrige.
  • La primera serie tiene una duración aproximada de 80 minutos (más la relajación). Sin embargo, por mi experiencia, hay que ser muy pro para llegar a hacerlo en tan poco tiempo.

Para mí, lo bueno del Ashtanga es que me ayuda a centrarme mucho en la práctica y que, al ser siempre las mismas posturas, permite ir perfeccionando la técnica en cada práctica. Eso sí, es un estilo muy intenso (incluso cuando se hace progresivo) así que no lo recomendaría a todo el mundo.

Aquí puedes ver la primera serie, por si tienes curiosidad: https://www.ashtangabaires.com.ar/informacion/primera-serie

¿Por qué escogí esta formación?

Mi idea era buscar una formación que me aportara lo que yo considero que son ahora mismo mis mayores carencias en la práctica de yoga: anatomía, ajustes y técnica. Por eso pensé que un curso de Ashtanga me iba a aportar mucha información útil tanto para mi práctica como para mejorar como profesional.

Encontré la formación con Ricardo Ferrer buscando por internet y me pareció que era la que yo necesitaba. Además, al ser solo una semana, era más fácil compaginarla en mi trabajo. Indagando más sobre el formador, vi que tenía multitud de cursos sobre diversas disciplinas y un curriculum muy extenso, así que me pareció una muy buena opción.

La formación ha sido desarrollada en El Molino de Aracena, en Huelva. Es un lugar que me pillaba un poco lejos (a unas 8h de coche) pero que merece la pena. No  obstante, ellos ofrecen formaciones en diversas ciudades, tanto intensivas como anuales, por lo que es fácil adaptarse.

Lo que me ha encantado de este curso

  • El nivel técnico de los formadores Ricardo e Inma. Mientras uno explicaba, la otra ajustaba. Explicaban cada postura con los fallos más comunes, varios ajustes en cada una de las asanas, consejos técnicos y adaptaciones. Sin duda, recursos no les faltan.
  • El grupo era bastante reducido (éramos 10 personas) por lo que siempre te sentías atendido y corregido.
  • La cantidad de teoría y práctica ha sido adecuada, ya que hemos practicado todas las posturas a la par que hemos tenido bases más filosóficas sobre el yoga.
  • La metodología de enseñanza ha sido muy experimental y holística. Esto nos ha aportado una visión más rica y menos cuadriculada sobre este estilo de yoga.
  • Y para terminar, los materiales. Manual muy exhaustivo y además iban haciendo fotos de cada ajuste para poder enviárnoslas después, lo cual resulta una ayuda increíble.

Por estos motivos, el año que viene repetiré con ellos otra formación y recomiendo sinceramente que aquellas personas que estén interesadas en un yoga que, además de la parte “espiritual”, sea muy profesional, busquen un curso con www.formacionyoga.com.

Tips para escoger cursos de yoga

  • Pide referencias: esto es súper importante. En internet no hay muchas opiniones sobre cursos de yoga y es necesario que sepas donde te metes. Por eso, busca alguien que te pueda aconsejar o recomendar. Si no tienes a nadie metido en el mundillo yogi, quizás tu profesor de yoga del gimnasio o de tu estudio puede echarte una mano.
  • Ten claro qué quieres del curso: ¿te apetece aprender a meditar? ¿Te gusta cantar mantras? ¿Quieres saber la colocación correcta de los pies cuando haces un guerrero? ¿O prefieres aprender cómo dar saltos en las vinnyasas? En base a tus objetivos, habrá cursos que se adapten mejor a ti que otros.
  • Y ten claras tus limitaciones…: en el yoga se utiliza el cuerpo en mayor o menor grado. Obviamente no hace falta ser un contorsionista para hacer una formación de yoga, pero ten en cuenta el nivel físico del estilo que escojas. Si no vas a poder practicar gran parte de lo que se hace, te va a aportar menos.
  • Si no tienes claro el estilo, prueba clases primero: como ya sabes, hay muchísimos estilos de yoga, así que antes de meterte en una formación, asegúrate de que sabes de qué va ese estilo y de que te gusta. Con ir a un par de clases podrás hacerte una idea.
  • ¿Te hace falta un curso realmente? Si lo que quieres es relajarte y tener unas vacaciones diferentes, no creo que un curso sea lo mejor para ti. Hay muchos retiros vacacionales en los que podrás disfrutar de entornos agradables, meditaciones, clases y buena comida. Además, te saldrá más barato.

 

Ahora me queda la mejor parte de la formación: empezar a poner en práctica toooooooooodo lo que he aprendido. Eso sí, poco a poco y sin agobios, porque si no, no sería yoga.

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